Para todas las personas involucradas en este programa, el baloncesto 3x3 significa mucho para nosotras. Es el poder de un deporte que es y será olímpico desde Tokyo 2020.
Siendo claros, podemos decir que somos mejores personas y que hemos crecido interiormente gracias a este deporte. De hecho, sin él, no tendríamos posibilidad de contar nuestra historia de unión. Nos da responsabilidad en el proceso de gestión de los equipos, generosidad entre partidos y creatividad dentro de la cancha.
Jugar un evento de 3x3 significa conseguir. Alcanzar o fracasar nuestra meta es parte del proceso de un deportista. Hemos aprendido cómo manejar las emociones de nuestros compañeros en momentos puntuales, aceptarnos, y ayudarnos en el camino correcto para conseguir nuestras metas. Eventualmente, debido a la plantación de pequeñas semillas en los últimos años, este festival significará mucho más que un éxito deportivo en la cancha. Hablamos de un legado personal, un diamante en bruto en el camino lleno de amor, amistad y hermanamiento entre culturas, etnias, países y zonas del mundo.
Para quienes no estén familiarizados con el deporte, la variación informal del baloncesto es conocida comúnmente como “street-ball”, o baloncesto en la calle, popularizada en los años 50 en Estados Unidos, debido a una falta de recursos e instalaciones. Se jugaba sin árbitros, y así permitía desarrollar la creatividad y la responsabilidad. Por tanto, se empezó a simplificar en la cancha, jugándose en partidos abiertos de 3x3.
La suma del baloncesto 3x3 como deporte olímpico refuerza su ADN, adhiriéndose a los principios del olimpismo, junto a las federaciones nacionales y el concepto global de FIBA, “Baloncesto somos todos”. Para nosotros, “deportes urbanos” significa jugar en un entorno donde las personas toman su propia iniciativa, se empoderan, se expresan.
Se usan los espacios públicos para el desarrollo de sus metas, cosa que ya se hace en ciudades como New York City, Jakarta, Manila, Ciudad de Mexico, Moscú o Tokyo.
Con este deporte conseguimos crear líderes locales. Este líder siente que está al cargo de sus propios ciudadanos, ayudándolos a tener una rutina saludable, a participar en las actividades especiales, aportando a la vida social del entorno con el propio 3x3. Cuando las instituciones públicas ayudan en esta meta, se comparten valores, y la comunidad disfruta de un enriquecimiento social, incorporando mejoras en los eventos, en las canchas, en el material y en las familias que lo apoyan. Las personas crean reuniones entre ellas; la amistad y el respeto provee a los desconocidos de un incentivo para hacer turismo sano y formar parte de una comunidad nueva desde el primer minuto.
Finalmente, el baloncesto 3x3 ayuda y modifica comunidades, une a las personas independientemente de su nacionalidad, género, religión o historial cultural. El baloncesto 3x3 tiene una identidad, es un sentimiento y un movimiento relacionado con las personas ordinarias. Con las que no llegan a un campeonato mundial, ni salen en los periódicos… hasta que llegó el festival para las ordinarias. Y esa es la esencia del Festival Afroeuropa, una herramienta y un espacio para las personas ordinarias con talento, sin necesidad/posibilidad de participar en unos Juegos Olímpicos, pero con la enorme ventaja de crear pequeños cambios en la sociedad uniendo ejercicio y música.